Pocas cosas me gustan más que el campo, vamos que a entusiasmo campestre no me gana nadie.
Los árboles, la hierba, el río, las piedras, sentarse en las hamacas que cuelgan de los árboles para echarse una siestecilla, tumbarse en las hamacas de madera para ver el atardecer, el olor a tierra mojada después de la lluvia, el huerto plagado de verduras... es verdad que por otro lado podriamos citar (por eso de intentar ser un poco imparcial) a los mosquitos e insectos variados, el fango hasta las rodillas de despues de las lluvias, el calor sofocante del verano sin un ápice de brisa marina (pero con sombrita de árboles frutales), el aburrimiento (por no decir desesperación) que sienten algunos cuando en el susodicho campo no hay televisor, ni DVD, ni WIFI, ni centro comercial a la vista, ni playstations, ni nada que tenga que ver ni por asomo con los aparatejos más básicos de la industria del entretenimiento (o en la mayoría de los casos del atontamiento más bien).
eres genial
ResponderEliminar